Así con los ojos cerrados, envueltos en este silencio, experimentamos el Vacío, esta inmensidad en nosotros mismos, como si estuviésemos en nuestro útero cósmico. Estamos en un entorno maternal, paternal, familiar, que en algún momento en nuestra experiencia recordamos, pero ese recuerdo es fugaz y perecedero. Podemos sentirnos en esta inmensidad, sostenidos por la energía del Vacío. Un Vacío misterioso en el que estamos solos pero plenamente acompañados. Permitámonos flotar en este Vacío sin necesidad alguna de movimiento, simplemente de dejarnos.
Con la reprogramación de las 13 hélices, hemos estado gestando un nuevo Ser, un Ser que hoy se reconecta con nosotros, formando una unidad, como el yin y el yang, danzando en una melodía armónica y equilibrada, porque somos Seres tanto de la Tierra como del Cielo.
Con esta reprogramación de todas nuestras hélices, hemos activado esta conexión para poder experimentarla en nosotros, en nuestra cotidianidad. Si nos permitimos sentir, vamos a accionar nuevas formas de relacionarnos, nuevas formas de sanarnos, nuevas formas de organización. Llegara nueva información y nuevo conocimiento para todos y para cada uno, en beneficio de toda la humanidad.
Hoy es, pues, un día señalado por ese nuevo nacimiento. Un nacimiento que nos abre al Universo, al Vacío, que aunque no lo podamos ver con nuestros ojos, esta lleno de estas gestaciones con otros muchos Seres de la humanidad y del Universo formando una red luminosa que se acerca a cada nuevo mundo. Y, ahora, en la Tierra nace un nuevo mundo, con nuevos Seres. Seres completos. Seres unidos en su materia y en su energía. Con capacidades nuevas, con potencialidades olvidadas.
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Simplemente dejémonos envolver por esta energía de esta treceava hélice. Permitámonos sentirnos, ahora, en nuestra dualidad, unidad. Ya no habrá necesidad de entrar en el sueño para despertar, sino que estaremos plenamente despiertos.
Sintamos como todo nuestro cuerpo energético esta mucho más presente y nuestro cuerpo físico más disuelto, más expandido. Difícilmente podemos percibir los límites entre uno y otro. Eso es lo que somos. Eso es lo que soy, percibo perfectamente la conexión entre mi materia y mi energía, y desde esta conexión profunda, nacida de la conexión con la Fuente, me declaro un nuevo Ser.
Un Ser capaz de mantener el Amor frente a cualquier experiencia, llevar la aceptación y la tolerancia a su máximo nivel, ser paciente y pacifico con todos y con todo, comprender que todos somos parte de un mismo cuerpo.
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Mi yo completo se siente en armonía, aquí en la Tierra, en armonía, aquí en el Cielo. En equilibrio, aquí en la Tierra, en equilibrio, en el Cielo. Me entrego a practicar esta unidad, en cualquier momento, en cualquier lugar.
Me declaro hija/hijo de la Fuente con todo su potencial, con todo su Amor, con todo su conocimiento. Voy recordando, religando, reconectando con quien soy. Me nutro en este espacio del Vacío, en el que me siento en paz para recoger la energía necesaria para que así sea. Porqué, así, es.
Escojo liberarme de todo aquello que me priva de Ser. Ahora que se quien soy, me inicio en este nuevo andar. Andar en la Tierra y andar en el Cielo, escogiendo en cada momento libremente, donde andar.
Respiro y los filamentos que me cubren se van retirando poco a poco para permitirme ver. Veo mis nuevos pies, mis nuevas piernas, mi nueva pelvis. Siento mi nueva columna. Veo mi abdomen y mi tórax, mis espaldas, brazos y manos. Veo mi cuello, mi cara y mi cabeza.
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Soy un nuevo Ser, un Ser que conecta la energía de la Tierra y del Cielo en sí mismo, en un mayor equilibrio y una más fina armonía.
Me veo y me sonrío, me miro amorosamente y me abrazo.
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Por fin llego este momento, tanto tiempo esperado y deseado, de ser uno conmigo mismo.
Mantengo el abrazo, la mirada y la sonrisa y me voy sintiendo.
Y a más sentir, más Luz me envuelve.
Me mantengo, así, el tiempo necesario para integrar completamente.
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con Amor y Luz-19-11-2021
Es importante hoy, en esta reprogramación de la doceava hélice, mantener esta energía de alegría y celebración que hemos llevado hasta este chacra, hasta este filamento, hasta esta hélice, y gracias a esta energía vamos a visualizarlo frente a nosotros, moviéndose en armonía y equilibrio.
Es un filamento luminoso, puro, fuerte, sólido. En la medida en que se presente frente a nosotros, aportémosle todas estas cualidades, porque el vínculo que tenemos con la Fuente es luminoso, es fuerte.
Si nos es difícil percibir el filamento es que, a lo mejor, en algunas otras existencias hemos perdido esta conexión tan próxima.
Si lo vemos delgado, frágil, es que esta conexión con la Fuente no la hemos tenido muy presente en esta existencia de ahora, sintiéndonos a menudo solos frente a las experiencias.
Si tiene poca Luz, debemos llevarle más a menudo, esta energía de alegría, de celebración, que es la que se experimenta cuando este vínculo con la Fuente está activo.
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Este filamento empieza a deslizarse hacia abajo, conectando con cada uno de los chacras que hemos activado. Conecta perfectamente con todos, en un eje, desde el onceavo chacra hasta el primero, conectando este chacra con la Madre Tierra.
Así, en esta posición, si nos observáramos desde lejos, veríamos un filamento luminoso que une la Fuente con la Madre Tierra y, nosotros, simplemente somos intercambiadores de esta energía.
Hoy más que nunca, necesitamos activar esta conexión desde la Fuente a la Madre Tierra para sostener esta nueva energía, así se activan multitud de filamentos creando una red luminosa, poderosa y con una energía de alegría y celebración que es compartida por todos. Permitimos que esta conexión perdure unos minutos, sintiéndonos totalmente iluminados, plenamente guiados, profundamente protegidos, infinitamente amados.
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Potenciamos esta red de conexión de la Madre Tierra con la Fuente, siendo instrumentos de Luz, cada uno de nosotros, para iluminar este tiempo, un tiempo de cambio, de transformación. Sintamos este entre-enlace tan especial de la Fuente con la Madre Tierra, a través de cada uno de nuestros chacras.
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Nuestra materia se expande, la gravedad pierde fuerza, nos sentimos al mismo tiempo, plenos y ligeros. Con un cuerpo mucho más grande, una mente más lúcida, un corazón acogiendo esta energía de alegría y de celebración para llenarse plenamente.
Inspirando esta energía, mi cuerpo se diluye en este espacio. Llego a percibir todas mis partículas vibrando en esta alegría, en esta energía de celebración. Se mueven todas las partículas, en este espacio, festejando, danzando.
Exhalando, vuelven a unirse poco a poco para conformarme de nuevo. A cada exhalación siento más mi cuerpo físico, mis manos, mis pies. Siento toda mi columna, una columna más relajada y expandida, más liberada, siento mi pelvis llena de energía vital, libre de todo dolor. Mis hombros se abren para dejar paso a mis alas. Siento mis alas y mi cuerpo físico y, respirando, incorporo mi mente, una mente distinta, una mente más elevada, más consciente, más conectada.
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La conexión con la Fuente me ha transformado, me ha permitido ver mi completud. Un Ser plenamente completo, perfecto, poderoso, eterno, estructurado ahora, en este nuevo cuerpo, un cuerpo armado desde esta alegría y energía de celebración.
Permito a este filamento desconectar de la Madre Tierra e iniciar su ascensión de nuevo por cada uno de los cuerpos energéticos, y agradezco a cada uno de ellos por permitirme ser quien soy, por permitirme estar aquí y ahora, hasta que llega al doceavo chacra y penetra en él, dejando simplemente un punto luminoso estrellado que es la conexión con la Fuente.
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Desciendo desde este chacra al onceavo chacra, este punto cero facilitador de la conexión con la Fuente. Al décimo, noveno y octavo chacra y, en este chacra octavo, mis alas se disuelven en este espacio iluminando cada una de estas partículas, en todo este entorno. Llego al séptimo chacra, el primer chacra de mi cuerpo físico, íntimamente conectado con el sexto chacra, que me permite la conexión con toda la energía sutil, el mundo invisible, la realidad vibracional y, llego a mi quinto chacra, el chacra de la expresión, de la co-creación, y me mantengo en este chacra, unos minutos para expresar todo aquello que nace de mi sentir de esta experiencia.
Bajo al cuarto chacra, al tercer chacra, al segundo y al primer chacra, siento mis pies y en este sentir permanezco en silencio.
con Amor y Luz-15-10-2021
Visualicemos este hilo dorado que nace en este chacra universal. Un chacra que compartimos todos juntos formando parte de una unidad, del Universo, de la palabra, del sonido. Y este hilo dorado se muestra frente a nosotros.
Pongamos la atención en aquellos puntos discontinuos, si es que los hay. Fragmentos que a lo mejor se han perdido en el viaje que hemos realizado para llegar a esta existencia. Si ese es el caso que hay puntos que presentan cierta discontinuidad, cierta opacidad, en este hilo continuo, pidamos ahora al Universo, desde este chacra, punto 0, que se nos devuelvan estos fragmentos perdidos para sentirnos Sere del Universo. Seres que compartimos una misma humanidad, en esta Tierra.
Si en este hilo dorado hay nudos o se entrelaza entre el mismo, perdiendo su forma armónica y equilibrada, símbolos de alianzas o pactos que hemos acordado en otras vidas u otras dimensiones, pidamos, ahora, desde este punto 0, que se disuelvan los pactos o alianzas que nos limitan y que nos privan de experimentar y vivir como Seres universales.
Si hay en este filamento algún otro color distinto al dorado, que se transforme cualquier color en esta energía dorada, símbolo del Ser cristalino que somos, cada uno de nosotros.
Cualquier cosa que veamos que llame nuestra atención, preguntemos su significado y el Universo responde a cada uno de nosotros, en su singularidad, en su particularidad.
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Que esta energía dorada vaya envolviendo todo nuestro Ser desde este chacra hasta nuestros pies, completando, todas aquellas partes incompletas por nuestras muchas existencias.
Que active, también, el conocimiento original que todos poseemos en nuestro campo. Esta información original que nos conecta a todos con la Fuente, sintiéndonos uno con todos, en el Amor incondicional. Que esta energía dorada que nos envuelve sea acogida en nuestro corazón, reconstruyendo en nosotros este Amor incondicional, original, fragmentado, también a veces, por nuestras muchas existencias. Veámonos con este halo de energía dorada en cada uno de nosotros, formando un único círculo, un único anillo de Luz, visible en todo el Universo.
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Esa energía que ahora nos envuelve nos permite reconocernos entre nosotros, en nuestros orígenes comunes, en nuestras existencias compartidas, todos nos conocemos, todos somos portadores de esta energía original.
Cuando tenemos este chacra activado somos capaces de situarnos en cada experiencia en este punto 0, en donde no hay condicionamiento alguno, no hay juicio, no hay conflicto. Y este punto no es precisamente el centro de una esfera, ni el punto medio entre lo más alto y lo más bajo, sino que es un punto del Universo que se activa para cada experiencia.
Con este chacra activo será mucho más fácil para nosotros encontrar este punto 0 en nuestra cotidianidad, en nuestras relaciones con nosotros mismos, en nuestras relaciones con los Seres más próximos, también con toda la humanidad y con el planeta Tierra. Así pues, es un punto centelleante que tiene lugar cuando se da la experiencia. Este comportamiento, este saber ser y estar, es digno de un maestro y todos somos maestros en esta experiencia, porque somos capaces de observar, de incluir, de acoger, de comprender, de amar.
En el punto 0, no se busca el beneficio propio ni del otro. Se halla el beneficio para toda la creación. Comprensión que aún nos queda un poco lejos, solo atisbamos a ver una Luz en el amanecer de la nueva vida en la Tierra, del nuevo Ser humano.
Si hemos llegado hasta aquí. Hasta este chacra maestro, es porque hay en nosotros la voluntad de accionar, de hablar, de pensar, de sentir en beneficio de todos.
No podemos obviar que si es nuestra voluntad, encontramos siempre este punto 0. El punto donde todo se posibilita. Donde todo esta incluido. Donde todo es ahora. Donde todo es Amor, y se convierte en Luz a través nuestro, en el movimiento de la respiración, dentro de nosotros y, en el movimiento externo, hacia el entorno.
Es el tiempo de la Luz. Y la Luz más pura, la que no genera sombra alguna es la que nace de nuestro interior.
Seamos, pues, Luz para todo el Universo.
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Sintámonos en esta Luz dorada, pura y luminosa que nos hace tan semejantes, convirtiéndonos en una única Luz. En un circulo, aquí y en un punto, para el Universo.
Seamos este punto 0 para el Universo.
Sostengamos esta Luz, unos minutos más, en beneficio de todo y de todos.
Sostengámosla con nuestra respiración, este movimiento que conecta todo en el Universo. Expandir y contraer. Recibir y dar. Abrir y cerrar…
No necesitamos más para su sostén.
con Amor y Luz- 17-09-2021
Este rayo de Luz que nace en nuestro Sol central y se une al Sol central de nuestro sistema, se convierte en un filamento de nuestro ADN que se corresponde con el décimo chacra. En esta imagen se facilita el poder experimentar que cuanta más frecuencia alcanzamos, más nos damos cuenta de que somos un mismo Ser.
Trabajaremos, pues, la décima hélice o filamento de nuestro ADN observando este rayo de Luz que nace de cada uno de nosotros y se une al Sol central.
Sabemos que los rayos de Luz tienen una intensidad, una amplitud y una calidad que es distinta según el momento. Así pues, este rayo que se unifica en el Sol central es singular para cada uno.
Observemos el inicio de nuestro rayo de Sol y visualicemos como un punto de Luz, puro y cristalino, del que emana esta fuente de energía en movimiento hasta el Sol central, que no es más que el Amor incondicional que nos sostiene y sostiene toda la creación.
Observémoslo a lo largo del recorrido. Percibamos su forma, sus formas. Su color, sus colores y, si estamos más atentos, mucho más conectados con nuestro interior, incluso podemos percibir su sonido, sus sonidos.
Porque todos tenemos una sinfonía particular que nos hace distintos y únicos.
Hoy, armonizaremos esta hélice, este filamento, escuchando sus sonidos, sus acordes, sus compases y, simplemente con la escucha, se darán el ritmo y la armonía adecuados para cada uno. El silencio y las notas creando una melodía que en el transcurso de su trayectoria se unifica en el Sol central.
Sintamos nuestra vibración y el movimiento que genera en este rayo de Luz. Un movimiento ondulatorio y en espiral, acompasándose a lo largo de todo el trayecto.
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Si sentimos la necesidad de incorporar algún silencio, añadir un sonido, cambiar el ritmo, crear nuevos acordes, incorporar acordes originales… Permitámonos esta creatividad porque el sonido, la música, es pura creatividad. Respiremos para acompasar esta melodía, en la que somos al mismo tiempo instrumento e instrumentista.
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Afinémonos para poder participar en esta composición musical conjunta, en la melodía universal que está siempre presente en nuestro entorno. Melodía con la que se conecta el viento, con la que se conectan los pájaros, con la que se mueve el agua, con la que crecen los árboles y con la que nos manifestamos nosotros, en todo nuestro esplendor.
Sintamos la vibración de este sonido en todo nuestro organismo, desde el Sol central a todos nuestros órganos. Sintamos participar en esta sinfonía a todas nuestras glándulas, todos nuestros sistemas.
Sintamos nuestras células en una única vibración, un único sonido, una única respiración formando un solo cuerpo, un cuerpo integro, un cuerpo equilibrado, armónico, afinado.
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Esta es la intención de la reprogramación de este filamento, de esta hélice número diez, afinarnos.
Afinarnos necesita de una buena escucha. De un profundo oído y eso es lo que nos facilita esta reprogramación.
Mantengamos este rayo conectado a nuestro Sol centra hasta el final de esta práctica, será en beneficio de todos.
con Amor y Luz- 18-06-2021
Para ver al Universo o su representación es mucho más fácil hacerlo de noche porque las estrellas son bien visibles en el firmamento. Así pues desde este noveno chacra, desde este punto un poco distante de nuestro cuerpo físico, vamos a abrirnos al Universo.
Para ello debemos hacer, como cuando vemos las estrellas en el firmamento, miramos hacia arriba y se nos abre un horizonte infinito en donde todas las formas se presentan. En donde las figuras geométricas que hemos podido crear, que hemos podido imaginar y las inimaginables se hacen presentes. Desde este punto, del noveno chacra, abrimos la energía para que se manifieste en nosotros, cada uno de una forma particular. Así en la medida en que gracias al movimiento de la respiración, la energía se va presentando frente a nosotros, ya sea en forma de onda o de espiral, van apareciendo, también, formas geométricas que identificamos como nuestras, como singulares de cada uno. A medida que esta energía se manifiesta en nosotros y sigue su movimiento, estas formas geométricas, en principio muy translucidas, se van solidificando y materializando frente a nosotros.
Son formas geométricas que pulsan, que vibran y se transforman en otras figuras geométricas distintas. En el instante en que las observamos, ya transforman su forma, se expanden y se contraen, se abren y se cierran y este movimiento es constante a lo largo de todo el filamento u onda que se nos presenta.
Si en algún tramo del filamento, como en otras ocasiones percibimos un espacio vacío o un cumulo energético que no se estructura en forma geométrica alguna, pedimos al Universo que nos haga llegar la información necesaria para estructurar la energía o recuperar formas geométricas que hemos perdido a lo largo de nuestra historia. … Vamos a escoger una primera forma geométrica para colocar en nuestro corazón. De todas las visibles en un momento dado la que escojamos se mantendrá fija para asentarse en nuestro corazón. Un corazón geométricamente estructurado es un corazón cristalino y, un corazón cristalino, es puro, es inocente, es luminoso. Cada uno escoge la forma que siente más adecuada en este momento para el corazón. Si es una esfera será la geometría que todo lo contiene, que todo lo abraza. Si es un triángulo cuyo vértice esta hacia abajo, este corazón es un recipiente para todo lo que llega del Universo; todos los efluvios universales llegan a este triángulo para alimentarlo. Si es un cuadrado es un corazón enraizado fuertemente a la Madre Tierra, con un vínculo estrecho con Ella. Si es una estrella de seis puntas es un corazón que conecta Cielo y Tierra, y encuentra siempre el espacio para compartir… Sintamos esta estructura en nuestro corazón. … Subamos ahora a nuestra mente y, de todas las figuras que aparecen frente a nosotros, escogemos la segunda figura para acercar a nuestra mente, la que se fija y la depositamos en ella. Así nuestra mente se estructura de forma equilibrada según la figura. Una mente cónica, con la punta hacia arriba, es una mente abierta a recibir toda la información del Universo. Una mente tetraédrica es una mente capaz de ver desde distintas perspectivas una misma experiencia. Una mente cilíndrica es una mente que interconecta ambos mundos el Universo y la Tierra, siendo una mente lúcida para transmitir. Cualquier estrella en nuestra mente significa una mente lúcida, estrellada y abierta a nuevo conocimiento, a una nueva comprensión de la existencia. … Y ahora, gracias al movimiento de la respiración, subimos hasta el noveno chacra, este segundo chacra de nuestra Alma y colocamos esta forma geométrica, en este chacra, creando una puerta para abrirnos al Universo. Aquí las formas pueden ser compuestas, espirales cónicas, triángulos circunscritos en círculos, distintas figuras que se unen para componer una figura o forma nueva, geometrías que crecen hacia dentro y hacia fuera, que se acompasan y se equilibran, rectángulos que se entrecruzan constituyendo conjuntos de cruces y cuadriculas constituyendo redes geométricas. … Repasamos toda esta onda o hélice que se ha creado frente a nosotros para verla en todo su conjunto. Visualizándola desde esta mente más estrellada, desde este corazón que todo lo acoge y, percibiendo el equilibrio y la armonía que hay entre todas las formas geométricas distintas, que pulsan, se transforman y se intercambian. Con esta sensación de completud, de armonía, de equilibrio, acogemos de nuevo esta hélice que va penetrando de nuevo en este noveno chacra a través de esta forma geométrica que hemos escogido. Gracias a la respiración va penetrando en este chacra que acoge todas las formas del Universo hasta que se funde, en este chacra, en esta forma geométrica que hemos escogido para él. … Si podemos visualizamos las tres formas geométricas escogidas, las acercamos hasta construir un triángulo perfecto y sintamos su armonía, su equilibrio. Depositamos este triángulo en nuestro primer chacra, el chacra de la energía vital en esta experiencia de vida. Incluimos la energía del Universo, en nuestra energía vital para sentirnos Seres del Universo ahora en esta experiencia de vida, aquí en la Tierra pero, también, en otras existencias en el Universo. Así en cualquier momento, en cualquier situación, si necesitamos ayuda, energía, información, sanación, acompañamiento, sabemos que también podemos pedirlo al Universo, a nuestras formas en el Universo, que ya están conectadas con nosotros, aquí y ahora.
Descubriremos que hay muchas más cosas en común de lo que podamos imaginar. Que nuestros trabajos aquí en la Tierra tienen relación con nuestros trabajos en el Universo. Que nuestras relaciones aquí en la Tierra tienen, también, relación como Seres del Universo y que todos, los de aquí y del universo, formamos parte del mismo Todo.
Que esta información nos dé más confianza para transitar por esta experiencia, porque es una experiencia compartida con el Universo, y cuyo resultado final, será en beneficio de todos, los de aquí y los de allí del Universo. Para sentir esa conexión, simplemente respirando y conectando con este noveno chacra. Y si nos es más fácil conectar con el primero, tenemos ya en él esta misma energía. Nuestras raíces son raíces universales y, hoy, aquí, se han activado.
con Amor y Luz-21-05-2021
Es gracias a esta respiración conjunta y compartida que somos capaces de alcanzar este espacio, este espacio del octavo chacra. Un chacra que está más allá del cuerpo físico pero que sí, está contenido en nuestro cuerpo energético, que como ya hemos experimentado, forman un solo cuerpo en nosotros.
En la medida en que vamos elevando nuestra vibración, vamos unificando nuestros cuerpos, construyendo entre todos como un conglomerado en forma de una única roca. Es así, como vamos a poder trabajar esta hélice que nos pertenece a todos. Situémonos, pues, a un palmo de nuestra coronilla, más o menos a un palmo. Intentemos enfocar nuestra visión y descubrir una pequeña Luz, una Luz multicolor, como de arco iris, que empieza a vibrar frente a nosotros. Desde este punto de Luz iridiscente y gracias a la respiración conjunta, vamos a ver materializarse nuestra octava hélice. Nuestra octava hebra o filamento del ADN, multicolor. Moviéndose en espiral o con un movimiento ondulatorio, según la visualicemos frente a nosotros presentándose de forma majestuosa, amorosa y conocida.
…
Desde nuestra posición, en esta elevada vibración y punto cero, vamos a visualizar toda esta hélice u onda, en todo su recorrido. Veamos cómo trasmutan los colores, como se unen y se separan, como se juntan y se disuelven, como se mezclan, como danzan en esta hélice. Observemos si en algún punto, no hay movimiento alguno o si esta Luz iridiscente no está presente, mostrándose simplemente un solo color. O si el filamento es discontinuo, si se han perdido fragmentos de códigos de esta hélice. Observemos también su grosor, si se ensancha y si se estrecha, si esta finamente ordenada o tiene algún nudo, alguna brecha.
Sintamos al recorrerla que es lo que nos hace sentir, que sensación nos despierta. Y veámosla ahora, acercándose a cada uno de nosotros envolviéndonos la espiral en todo nuestro cuerpo. Desde la cabeza a los pies, sintamos su movimiento, su calidez, su sonido, su frecuencia.
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Y cada uno, así envuelto en su propia espiral, ordenar al Universo la reprogramación de la misma en su estado original. En donde la Luz iridiscente es constante en todo su trayecto, en donde la danza de colores se mantiene en toda su longitud, en la que los fragmentos perdidos por las muchas vidas vividas se recomponen en su lugar, en la que los nudos se disuelven porque ya no hay pactos o lazos que nos impidan vivir en una total libertad. Ordenamos al Universo la perfecta integridad de todos los códigos de esta hélice desde principio a fin.
…
Esta espiral que nos rodea en su movimiento armónico y equilibrado se transforma en nuestro Merkabá particular, en nuestro vehículo energético que nos permite viajar a cualquier lugar de la Tierra, visitar a cualquier Ser de la humanidad. Y es momento ahora de dejarnos conducir por este vehículo, a un lugar concreto de la Tierra, cada uno va a viajar a un lugar distinto, un lugar en el que podrá recuperar información importante para este momento y, también, en este lugar visitar a un Ser concreto de la humanidad con el que compartir la información para que sea decodificada al cien por cien.
Vamos a dejar unos minutos para este compartir y luego volvemos a retomar la meditación.
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Una vez decodificada la información, haber conectado con el Ser y el lugar desde el corazón, agradecemos esta oportunidad. Una oportunidad de crecer en una mayor comprensión, en un mayor conocimiento, en un mayor Amor. Si así lo sentimos, abrazamos al Ser y subimos otra vez en nuestro vehículo energético para viajar de nuevo a este lugar, a este momento.
Poco a poco nuestro Merkabá se convierte de nuevo en esta espiral iridiscente que nos envuelve. Somos conscientes del trabajo realizado en este viaje espontáneo, instantáneo y transformador.
La hélice va desenroscándose de nosotros, poco a poco. Observamos cada tramo que pasa frente a nuestros ojos percibiendo su perfección, su eterna danza armónica con todos los colores, su potente Luz transformadora. Y levantando nuestra mirada, la vemos fundirse en ese punto inicial en el que se apareció.
Ahora, desde hoy, desde este momento, se mantiene siempre como un punto de Luz iridiscente que nos acompaña. Siempre, en todo momento y en todo lugar. Siempre que tengamos necesidad de mayor conocimiento, de mayor información, de más tranquilidad, de más Amor, podemos conectar con este chacra activado, ya desde ahora para cada uno de nosotros.
Es un chackra que une a la humanidad, en la que todos somos hermanos compartiendo un mismo mundo, la misma Tierra. Cuando oigamos hablar de la estrella del Alma o de nuestro vehículo energético del Merkabá, ya no será solo teórico sino que lo habremos experimentado. Y forma parte ya, de nuestra realidad. Sintamos esta conexión más próxima con todos, independientemente del lugar de la Tierra donde hemos nacido, de la cultura en la que hemos crecido, de la lengua que hemos aprendido. De nuestros colores de piel, ojos y cabellos. Sintámonos todos formando parte de esta gran familia que es la humanidad, porque es toda la humanidad, la que es llamada a esta transformación. Invitemos a cuantos más Seres queramos a este compartir, Seres conocidos o desconocidos, a ancianos, adultos, jóvenes, niños y compartamos esta buena nueva para que todos se alegren y experimenten esta alegría compartida.
con Amor y Luz-16-04-2021
Hasta hoy todas las hélices del ADN que hemos estado reestructurando, recomponiendo, regenerando, estaban muy conectadas con el mundo físico, con el mundo material. Hoy con esta séptima hélice, la que está abierta al mundo más invisible, sutil, celestial, vamos a introducirnos en una nueva dimensión. No es que sea una dimensión desconocida para nosotros, pues también formamos parte de ella. En la materia solo se representa una fracción del Ser completo que somos. Hoy vamos a conectar con esta séptima hélice, con nuestra parte sutil la que se encuentra en otra dimensión.
Cuando hablamos de un Ser completo incluimos ambas partes, la física o material y la sutil o energética, y así ese Ser es un todo único, completo. Si esta conexión no está activada o es una conexión débil con nuestra parte sutil, debemos ver nuestra hélice y recomponerla, regenerarla o reestructurarla para que esta conexión, con nuestra parte sutil, este siempre, activa.
Desde este punto de la coronilla en el que se sitúa el séptimo chackra vamos viendo resurgir, tal como la hierba nace de la tierra, un tallo que va creciendo hacia fuera con un movimiento ondulatorio o en forma de espiral, que se va manifestando físicamente frente a nuestros ojos, mostrándonos esta séptima hélice del ADN. Como en cada meditación, nos situamos en este punto cero desde donde observamos toda esta visualización y vamos recorriendo cada tramo de esta hélice. Cada tramo en su movimiento en espiral ondulatorio. Fijémonos en cada uno de sus detalles, en su grosor, en su tramo continuo o discontinuo. Si vemos que hay una parte mucho más rugosa, más expandida, otra parte que se estrecha en desmesura. Si su color que es violeta se mantiene a lo largo de toda esta hélice, de todo este filamento. Si es un violeta cristalino y puro. Si hay tramos en que este filamento esta deshilachado… Cualquier cosa que llame nuestra atención es importante tenerla en cuenta.
…
Seguramente si hay un tramo discontinuo en él, es que esta conexión con nuestra parte sutil se activa y se desactiva, Si hay un tramo deshilachado es que esta conexión es tan débil que en cualquier momento puede romperse. Si hay otros colores presentes en esta hélice puede ser que este centro energético no esté tan enfocado a lo sutil, sino orientado hacia alguno de los otros chacras. Percibamos su Luz, si es una Luz pura, entonces fácilmente tenemos esta conexión con nuestra parte sutil activada en nuestra cotidianidad.
Para recuperar partes o fragmentos perdidos pidamos al Universo que los traiga, aquí y ahora, para recomponer nuestra hélice. Si hay fragmentos deshilachados que significa, también, la rotura de ciertos códigos originales, pidamos al Universo la recomposición de este filamento y todos sus códigos originales. Si hay nudos en forma de pactos, de lazos que se han mantenido durante mucho tiempo condicionando esta conexión con nuestra parte sutil, se disuelvan aquí y ahora, y eso también lo pedimos al Universo.
…
También incorporamos a esta hélice, en toda su longitud, una Luz pura y cristalina activando la conexión con nuestra parte sutil al cien por cien, manteniéndola así, activa en nuestro día a día, frente a cualquier acción cotidiana. Así incorporamos la complitud de todo cuanto nos rodea. Activando esta conexión, con esta conexión activa, desde este momento, me permito disfrutar de esta experiencia de vida. Me da tranquilidad el reconocerme como verdaderamente soy. Me da fuerza para seguir experimentando con confianza. Nunca me siento separado ni aislado. En todo momento me siento cuidado y protegido. Con esta conexión activa, con esta Luz violeta, pura y cristalina, ilumino todo mi cuerpo. Toda mi cabeza, mis hombros, brazos, manos y dedos; también toda mi columna, mi tórax y mi abdomen, mi pelvis, mis piernas hasta los dedos de los pies. Iluminando mi cuerpo con esta Luz mi materia se expande y mi energía se contrae, acercándose y disolviendo sus límites. Siento mi materia y mi energía. Me siento Universo. En este Universo vive mi yo infinito, mi yo finito, y ambos están unidos, aquí y ahora. Mantengo esta sensación en mi, de mi materia expandida y mi energía contraída.
…
A través de la respiración desde la coronilla vuelve a penetrar en mi, esta séptima hélice de ADN totalmente reconstruida, reestructurada, regenerada con todos los códigos originales y se integra a la perfección en mi yo infinito y mi yo finito. Por fuera y por dentro, lleno de esta Luz violeta, unimos cada una de nuestras luces para formar un círculo perfecto. Un circulo violeta del Ser completo, y gracias a la respiración conjunta, lo expandimos, más y más, hasta abrazar toda la Tierra. Creamos entre todos un anillo de Luz violeta, en el ecuador de la Tierra, acogiendo todos aquellos Seres en la Tierra que también se entregan a esta conexión con su parte sutil. Este anillo crece más y más. Este anillo es una señal para el Universo de que la Tierra y la Humanidad están en una profunda transformación. Una transformación para incorporar a la cotidianidad, a la vida en la Tierra, la parte sutil de la existencia.
…
La simple visión de la Tierra con este aro de Luz hace nacer en nosotros la Paz, la Tranquilidad, la Confianza, la Fuerza para continuar la experiencia desde nuestro yo infinito y nuestro yo finito en una misma acción. Una acción nacida de esta Paz, de esta Tranquilidad, de esta Confianza.
…
Recogemos de nuevo nuestra energía volviendo a este espacio, aquí y ahora, sintiéndonos distintos. Cada uno según su sentir: mucho más confiado, mucho más seguro, mucho más tranquilo, mucho más alegre, mucho más amoroso, mucho más conectado.
con Amor y Luz-19-03-2021
Hoy vamos a abrir el párpado del ojo que todo lo ve. Para eso debemos estar en un estado de confianza plena, porque sin esta confianza difícilmente seremos capaces de ver lo que está presente en nosotros y en nuestro entorno. Cada uno tendrá su percepción singular de esta experiencia y esta percepción será la adecuada para ese Ser en este momento para facilitar su camino hacia la evolución. El Universo siempre da la información justa para ese momento y para ese Ser.
Desde nuestra cabeza iluminada nos situamos en este punto del entrecejo, punto donde nace la energía del sexto chacra, el chacra del tercer ojo, de la visión completa, del nuevo paradigma. Así pues concentramos nuestra atención en este punto y si nos es difícil, podemos acercar a él uno de nuestros dedos. Es un punto sensible a la Luz, a la nueva Luz que llega en estos tiempos a la Tierra. Aunque aparentemente la Luz del Sol puede parecer igual a cada instante, es distinta, cada nuevo día y cada momento de ese nuevo día. La Luz es también nuestro alimento y, más en este tiempo, de transformación porque precisamente el ADN está conectado directamente con la Luz.
Continuando con el protocolo de re-programación vamos a visualizar que desde este punto va apareciendo nuestra hélice de ADN número seis. Se puede presentar frente a nosotros como una espiral o una onda. Es importante visualizar cada tramo que aparece frente a nosotros, su textura, su color, su forma. Si toda la hélice tiene el tramo continuo o hay alguna parte de discontinuo. Si se bifurca en dos y vuelve a juntarse. Si esta deshilachada. Si hay algún tramo que no tiene Luz… Simplemente observamos esta hélice que se presenta frente a nosotros y desde el más profundo sentir, desde nuestro corazón original, vamos configurando esta hélice en un tramo perfecto, con una Luz continua, pura y cristalina, a lo largo de toda esta hélice. Deshaciendo nudos. Recuperando partes. Recomponiendo. Regenerando aquellas que sean necesarias regenerar. Vemos delante de nosotros esta hélice, en espiral u ondulando, que desprende toda una neblina de color azul índigo. Esa es la Luz que se relaciona con esta hélice, con este chacra. Un color que nos conecta con el agua, con el océano, con el aire, con el Universo. Dejémonos iluminar por esta Luz especialmente esta zona de la frente, de nuestros ojos, y esta Luz transforma nuestra mirada.
Empezamos a comprender que realmente este instante en el planeta Tierra es un instante oportuno para la gran transformación, y aunque no sepamos claramente donde nos conduce, si sabemos que es lo que nos priva de acércanos a este fin. Desde esta Luz, con está hélice regenerada, reprogramada, reescrita vamos a esclarecer mucho más nuestro camino, encontrando todas aquellas sincronicidades necesarias para avanzar de forma más fácil, hacia nuestro destino. Sincronicidades que van aparecer frente a nuestros ojos. Es por ello de vital importancia estar atentos a este sentido de la vista, porque vamos a sufrir transformaciones. Podremos pensar que nuestros ojos se desenfocan, se irritan, se secan, pero es una simple transformación para acercarnos, más y más, a esta plena visión. La visión de todo lo que está en nuestro entorno, de forma completa. La parte física evidente hasta ahora, pero también la parte sutil o energética, porque solo incorporando la parte sutil de la vida podemos avanzar hacia nuestro destino. Solo desde la completitud avanzaremos. La completitud incluye todo lo que conforma lo creado, es un todo inclusivo, y solo una visión perfecta y total, nos puede permitir la comprensión que se necesita para esta inclusión en la completitud.
Dejemos que esta Luz índigo, también ilumine todo nuestro rostro, potenciando todos los otros sentidos físicos, importantes también en este tiempo. Y todo nuestro cuerpo, especialmente nuestras glándulas las que segregan las sustancias facilitadoras para esta transformación física de nuestro cuerpo. Alimentémoslas en estos momentos con esta Luz, una Luz que les confiere, también a ellas, una plena visión de su función en este tiempo. Es gracias a la colaboración de todo, que todo se llevará a término. Cambiemos nuestra mirada frente a lo que aparentemente no tiene vida, pues todo, absolutamente todo, es vivo.
La mirada plena incluye el tiempo, indistintamente pasado, presente y futuro, solo la atención plena, la consciencia plena, nos situara en el momento presente. Esta mayor visión no es para distraernos, al contrario para que nos enfoquemos en lo que es realmente importante. Y lo importante es mantenernos en nuestra integridad, en nuestra completitud para seguir avanzando.
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Permitamos que esta hélice perfecta, con todo su código original, infundido en el momento de la creación vuelva a penetrar en este tercer ojo, hasta la mitad de nuestra cabeza. A cada movimiento de la respiración, poco a poco, penetra en nosotros disolviéndose en el exterior, y desde este punto medio de nuestra cabeza desciende hacia nuestros centros energéticos. Enlazándose al quinto chacra, en el que cada vez que inspiro el universo me inspira y exhalando manifiesto esta inspiración. Hacia el cuarto chacra en el que con una hélice reprogramada abro más mi corazón a esta nueva etapa. A mi tercer chacra conectando con mi Yo infinito, mi Yo completo manifestado en este cuerpo. Hacia mi segundo chacra, el chacra que gestiona mis relaciones, mi relación con todo lo que me envuelve. Y hacia mi primer chacra que me conecta con la Madre Tierra. Y desde el centro de la Madre Tierra, solo desde una conexión profunda con la Madre Tierra, enraizada en su centro, en su corazón, puedo tener una nueva visión de todo cuanto acontece.
La Luz azul índigo ilumina cada uno de estos centros y también a la Madre Tierra y desde la Madre Tierra, a toda la Humanidad. Si así la sentimos, como madre, sentiremos la hermandad con cada uno de los Seres humanos que la habitan. Vemos más claro nuestro estrecho vínculo como hermanos. Hermanos nacidos en un mismo tiempo para un mismo fin, colaborando todos en beneficio de todos. Esa es la nueva mirada al nuevo paradigma que se abre a este tercer ojo y que se manifiesta para los otros dos.
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Alegrémonos por este momento de hermandad y de fraternidad. Alegremos nuestro corazón desde este sentir y visionemos, ya ahora, este nuevo paradigma, esta hermandad en la Humanidad como hijos/hijas de la Madre Tierra. Solo desde este sentir de hermano/hermana de la Humanidad podremos acoger a otros hermanos y hermanas del Universo. Sintámonos pues, iguales aunque singulares, acojamos todas las culturas, razas, religiones, ideologías creando esta completud humana necesaria para la plena visión, una visión que se abre también hacia el Universo, si realmente sentimos esta fraternidad.
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Mantengámonos unos momentos en silencio invitando a todos aquellos Seres de nuestro entorno para acogerlos como hermanos. Todos hijos/hijas de la Madre Tierra y festejemos este encuentro.
con Amor y Luz-19-02-2021
Estamos sostenidos ya por nuestras 4 primeras hélices, dos físicas y dos energéticas en perfecta armonía. Hoy vamos a reprogramar la quinta hélice de nuestro ADN energético, esta hélice que está conectada con el quinto chacra, el chacra de la garganta, la comunicación, la expresión, el lenguaje, los sonidos, y también, las formas geométricas.
Este chacra incorpora una Luz azul pura y brillante que ilumina todo nuestro pecho, llegando también hasta nuestra cabeza. Esta parte superior de nuestro cuerpo queda perfectamente iluminada por esta Luz, que tiene un movimiento armónico y equilibrado con nuestra respiración. Visualicemos esta hélice de nuestro ADN que sale de este punto central en nuestro cuello, nuestra garganta, y a cada movimiento se va presentando más claramente frente a nosotros siguiendo el movimiento de la respiración. Su visión nos tranquiliza, en este mar azul y con su armónico movimiento nos sentimos cada vez más cómodos, más tranquilos, más liberados. Esta hélice vibra también, con nuestra frecuencia, una frecuencia conectada con la de toda la Humanidad, porque la comunicación es compartida.
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Visualicémosla en detalle, repasemos cada uno de sus tramos, veamos su coherencia, su textura… Si es un tramo totalmente continuo. Si tiene algún nudo. Si está rota, deshilachada. Si hay fragmentos que se han perdido… Simplemente observamos, nos comunicamos con ella. Desde esta observación atenta, observación consciente y desde este chacra de la comunicación, pronunció esta frase en mi interior:
“Desde el punto cero, aunque no sepa cómo, reconstruyo toda esta hélice quinta de mi ADN energético deshaciendo cualquier nudo, reconstruyendo cualquier parte, dibujando un filamento continuo y perfecto de principio a fin. Si es necesario, recupero las partes perdidas que, aunque no sepa dónde están, están conectadas a ella y es en este preciso instante que retornan a su posición.”
Acaricio con mi voz toda su longitud. Reconoce mi sonido, mi vibración particular y singular. Reconoce que forma parte de mí. Este reconocimiento la ilumina, la potencia y la activa, de principio a fin. Esta cien por cien activa. La siento y me siente.
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Es desde este sentir que empieza su movimiento de nuevo hacia el punto de mi garganta, introduciéndose de forma amorosa, suave, hasta que desaparece de mi visión. Esto crea en mí, una corriente en todo mi cuello, mis hombros, hasta mi corazón y, también, hacia mi cabeza. Dentro de este espacio todo se ordena, mi cabeza, mi cuello, mis brazos y mi corazón. Esta hélice activa la energía que sube desde el corazón, en coherencia con la mente, para ser expresada a través de mi voz y de mis brazos. Expreso todo aquello que está en mí, en coherencia.
Activo mis oídos para percibir el sonido de la energía, activo mi visión para percibir esta Luz azul pura y cristalina y expreso libremente que me acepto tal como soy. Como un Ser único, singular, eterno, libre, creativo, atento, voluntarioso, amoroso, alegre, cooperativo, facilitador, compañero, hermano… Por eso gracias a mis brazos y mis manos, todo lo abrazo. Todo lo abrazo tal como es. Muevo mi boca para agradecer. Muevo mis manos para servir. Creo con todos los elementos a mi alcance, con el aire, con la tierra, con el agua, con el fuego, así enriquezco la creación. También manifiesto lo invisible en lo visible para enriquecer esta vida, esta existencia, este espacio-tiempo.
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Cada vez que inspiro el Universo me inspira y cada vez que exhalo manifiesto esta inspiración creando. Desde hoy, desde esta hélice activa y reprogramada, manifestaré de forma mucho más consciente, responsabilizándome de todo cuanto diga, de todo cuanto haga, conociendo que todo repercute en todo. Que un simple movimiento mío, alcanza todo el Universo. Que cuando respiro, en mí, respira el Universo.
Así desde esta expresión más elevada, me comprometo a expresar todo lo que beneficie a todos. Para que así sea, uno mi quinto chacra a mi cuarto chacra con un puente sólido y fuerte. Y entre corazón y garganta establecer una coherencia completa. Combinando el color verde del corazón con el azul del cuello, creándose el color turquesa que es la vibración de la nueva Tierra, del nuevo Ser humano. El entre-enlace está hecho, está activo.
Que esta frecuencia de la nueva vida, del nuevo Ser humano, se manifieste cada vez más a través de la expresión y la creatividad de cada uno. Que con cada una de nuestras Luces verdes, azules y turquesas iluminemos la Tierra, hoy. Esta Tierra que vibra ya, en esta Luz. Sintámosla en nosotros, somos una expresión suya y lo que nosotros expresamos, es inspiración suya también. Sintamos esta unión, esta plenitud, esta conexión, y mantengámonos unos momentos así. Experimentando esta unión. Esta conexión con la nueva vida en la Tierra, en la nueva Tierra.
con Amor y Luz-22-01-2021
Hoy estamos aquí unidos para una gran celebración. Se superponen varios eventos astronómicos que nos abren a una gran oportunidad, a un momento especial y único que es bueno aprovechar, si ese es el sentir de cada uno, abriéndonos a una nueva era, abrimos mucho más nuestro corazón y todo su espacio energético. Este cuarto chacra relacionado con la cuarta hebra o filamento del ADN conectado directamente con el Amor incondicional. Hebra que podemos visualizar en su movimiento y transitar por todo su recorrido para descubrir todo aquello que se ha modificado desde el origen.
El Amor incondicional a lo largo de su recorrido por la creación se fragmenta en distintos Amores, el Amor fraternal, el Amor paternal, el Amor filial, el Amor de pareja, el Amor de compañero, el Amor a la Humanidad, el Amor a los animales, el Amor a las plantas, el Amor a las rocas, el Amor a la Tierra, el Amor a todo el Universo y estos fragmentos, todos, tienen el origen en el Amor incondicional. Eso es a lo que vamos en esta nueva era, a unir todos estos fragmentos de Amor en nosotros, en esta cuarta hebra para unirnos directamente al Amor incondicional, la fuerza más poderosa, la que nos sana, nos empodera y nos abre a todo el conocimiento.
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Es pues un reto importante para cada uno, más el Universo como siempre respeta la decisión de cada uno y si uno quiere postergar su decisión, está en su pleno derecho. En esta canalización no hablaremos solo de la hebra que sale hacia delante en nuestro corazón, que podemos tener bien presente porque es bien visible para nuestros ojos, y que conecta con esta red diamantina activa en todo el Universo y, a la que hasta ahora hemos accedido en algunos momentos, más ahora estamos conectados, si esto es lo que decidimos, permanentemente a ella, sino que también, intentaremos visualizar la hebra que sale por detrás. Esta hebra conectada a nuestro verdadero origen y que está a punto para que podamos desplegar nuestras alas. Sí, en realidad somos Seres alados, sintamos también está hebra unida a nuestras alas, a nuestras inmensas y poderosas alas. Recorramos cada una de nuestras alas desde la inserción que está en nuestra espalda hasta la punta. Síntamos su fuerza, su suavidad y al mismo tiempo su potencia. Esta red diamantina a la que se nos conecta, abre nuestras alas de nuevo para que podamos en esta nueva era, unirnos a todo en el universo. Se van a materializar muchos dones. El don de la ubicación será uno de ellos, podremos estar en todas partes y en ninguna a la vez. Así será, si decidimos conectarnos.
Esta conexión a esta red diamantina sana toda nuestra historia, a todos nuestros ancestros para que podamos dedicarnos a avanzar sin tener deberes pendientes. Es gracias a este Amor incondicional que el Universo nos hace este regalo. Más nosotros decidimos también, si nos sentimos liberados de toda esta historia o queremos continuar trabajando desde ella. Esta red diamantina estructurará también nuestra materia para adaptarla a la nueva era, a esta nueva vida. Si confiamos todo se facilitará sin grandes molestias ni desequilibrios, más si dudamos no facilitamos este trabajo a los Seres que colaboran en el Universo.
Se ha hablado antes, de que esta red diamantina tiene huecos. Son huecos que nosotros debemos llenar si decidimos conectarnos a ella. Hay y habrá muchos Seres conectados y que se conecten en los próximos días, y toda la red diamantina, quedará activa para favorecer este proceso de apertura a esta nueva era. Todos estamos llamados a ella sin excepción alguna porque es un inicio desde cero.
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Si decidimos desde el corazón, con confianza plena y por voluntad de colaboración y cooperación, conectar con esta red diamantina todo va estar a nuestro alcance. Todo aquello que en realidad necesitemos. Nuestra mente se abre a un nuevo conocimiento, una mente sin juicio alguno, mucho más expandida y clarividente, una mente conectada a la mente universal a la que todos y cada uno podremos acceder, podemos acceder, si así lo sentimos. Nuestras emociones también van a ser distintas, emociones que serán beneficiosas para todos y para toda la creación. Emociones que van a sanar los corazones rápidamente, sanando cicatrices, devolviendo fragmentos perdidos entregados u olvidados e iluminándose de esta nueva Luz, de esta Luz Diamantina.
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Respiremos en nuestro corazón para sentirlo, un corazón verde esmeralda y cristalino, lleno de partículas de Luz doradas que vibran en todo su espacio. Eso es a lo que nos lleva esta hebra verde cristalina, llena de partículas doradas: ya no más separación alguna, ya no más duda alguna, ya no más miedo alguno.
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Activos en esta energía, en esta red, en este Amor incondicional recuperado, reconstruido, unificado. Recogemos esta hebra de nuevo en nuestro corazón y también su parte trasera, sabiendo desde este momento de forma más evidente, quiénes somos y hacia dónde vamos.
con Amor y Luz-21-12-2020
Fijemos nuestra atención en nuestro plexo solar. Si nos es más fácil, reflejemos nuestra imagen frente a nosotros y así, será más fácil la visualización. En un punto concreto del plexo solar se enciende una pequeña Luz, una Luz amarilla, brillante, pura. Siguiendo el movimiento de nuestra respiración se va creando un hilo, una hélice que se muestra frente a nosotros, poco a poco en toda su extensión. Este hilo que fluctúa con el movimiento de nuestra respiración, este hilo de Luz amarilla, contiene información importante para cada uno de nosotros. Observemos su movimiento, su forma y viajemos con la mirada a lo largo de su longitud.
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Apreciemos si hay algún punto en el que está roto, deshilachado. Algún punto en el que no está visible, si se ve como entrecortado. Si en alguna zona aparece algún otro color más allá del amarillo. Toda esta observación debe facilitarnos su reprogramación, programarlo para este nuevo tiempo, para esta nueva vida en la Tierra, para esta nueva etapa a la que nos estamos acercando. Cualquier cosa que llame nuestra atención es importante tenerla presente.
Es evidente que por el paso del tiempo parte de la información original puede haberse perdido, fragmentado o mal interpretado. Es pues este momento, un momento oportuno para situarnos de nuevo en este punto origen, en el punto cero y desde este punto reconstruir este hilo, esta hélice a lo largo de toda su longitud.
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Cada uno puede utilizar la herramienta que más fácilmente este a su alcance o la que primero se haga presente, se puede a través de los ojos reparar todos estos fragmentos y reconstruir este hilo. Se puede hacer a través de las manos limpiando, uniendo, restaurando… Simplemente a través del aire, si nos es fácil soplar, con la intención, soplemos sobre este hilo para que recupere su estado original y así, cada uno con lo que llegue a su sentir más profundo. Desde este punto original en el que la dualidad coexiste sin necesidad de disolverse todo se transforma y nosotros somos este elemento transformador, el elemento que permite la coexistencia de esta dualidad en nosotros y en el entorno.
Este hilo, esta hélice contiene toda la información de nuestro verdadero origen. Contiene un conocimiento innato que se activa y hace de nuestra mente, una mente clara, lúcida, intuitiva, sabia. Hace de nuestro corazón, un corazón fuerte en el que se alberga el Amor incondicional, este Amor original esta fuerza poderosa, creadora. Así, mucho más lúcidos, mucho más Amorosos nos es mucho más fácil conectar con nuestro verdadero Yo. Desde esta nueva posición, desde este nuevo centro, abrámonos a la experiencia de esta existencia con otra perspectiva, con una nueva actitud. Retomemos nuestro poder para participar de buena voluntad en esta experiencia, en esta existencia en beneficio de todos y de todo.
Desde este nuevo centro acojo esta dualidad. Desde este nuevo centro tengo claros mis límites, los límites que me permiten ir más allá de la vieja programación, de los viejos patrones, de las viejas creencias. Me abro a lo que ha de venir, a lo que ha de suceder, desde mi poder, con una total confianza, con una mayor fuerza, con una gestión mucho más fácil de esta marcada dualidad que hay en mí y fuera de mí.
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Observo de nuevo este hilo, esta hélice con un color amarillo brillante, puro y cristalino. Siguiendo el hilo es sumamente perfecto, desde el inicio al final y, gracias al movimiento de la respiración, absorbo poco a poco en mi plexo este hilo transformador, reprogramado con toda la información original activa. Y en cada respiración me siento más conectado conmigo mismo, más conectado con mi mente, más conectado con mi corazón. Mi plexo se ilumina en todas direcciones, más allá de mi cuerpo físico. Siento como cada una de mis células se activa y vibra frente a esta nueva Luz. Es una vibración conectada íntimamente con la verdadera vida, la vida en el gran paraíso, la vida del disfrute, la vida del intercambio, la vida de la colaboración. Si mi cuerpo vibra mi mente vibra y mi corazón vibra en esta nueva Luz.
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Todo se transforma, mi cuerpo físico se sana, se equilibra y se armoniza. Mis pensamientos son pensamientos creativos, intuitivos y lúcidos. Mis emociones son emociones para compartir el Amor, este Amor incondicional que es el de nuestro origen. El sentir es de profundo agradecimiento, de profundo bienestar. La información transita a la perfección en todos nuestros cuerpos, ya no hay código perdido ni código encriptado, todo está ya activo a punto para manifestarse, manifestar mi Yo Incondicional. Esta es la manifestación del nuevo Ser humano.
No un Yo superior, un Yo Amoroso, un Dios sabio sino un Yo Incondicional, enraizado firmemente en nuestro origen, en la fuerza más poderosa, en la energía que todo lo conecta. Ya no más dudas, ya no más miedos. Este Yo Incondicional todo lo disuelve, todo lo transforma, todo lo alcanza.
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Si he trabajado con mi reflejo me fundo con mi reflejo, sino simplemente me entrego al sentir de ahora, de este instante presente, para que quede en la memoria.
con Amor y Luz-19-11-2020
Es en esta segunda hélice del ADN en la que se escribe toda nuestra trayectoria en este espacio-tiempo, de esta y otras experiencias. Toda la historia se inscribe en esta hélice, si en alguna de nuestras experiencias aquí en la Tierra, hemos dejado cosas pendientes, se crea un espacio vacío en esta hélice que debe completarse en otras experiencias. Así pues, si la hélice que se presenta frente a nosotros, tiene espacios vacíos es que aún hay cosas pendientes para concluir, para cerrar. Si partes de esta hélice que se presenta frente a nosotros esta como deshilachada es que tenemos muchas conexiones o enlaces abiertos que minban o aminoran nuestra energía. Debemos reconocer en esta existencia aquellos enlaces o conexiones que necesariamente debemos mantener, más otras de esas conexiones seguramente pueden ser disueltas en el momento de ahora.
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Si hay un tramo de esta hélice que fácilmente deja entrever la Luz, la transparencia, ésta es la conexión que tenemos con nuestro Ser. Esa es la conexión más pura, más fuerte. Si nos cuesta encontrar en esta hélice un espacio donde ver la Luz es que a lo mejor estamos desconectados de nuestro Ser. Nos hemos perdido entre las distintas existencias en este espacio-tiempo y las conexiones que teníamos con nuestro Ser en el origen, se van diluyendo y utilizamos esta energía para otras conexiones.
También podemos visualizar algún nudo en esta hélice, cada uno de estos nudos son pactos que hemos aceptado con el Universo, pactos que a lo mejor hoy pueden disolverse, pactos que ya no tienen sentido alguno en esta experiencia y en este momento. Así pues, cada una de estas partes podemos subsanarlas hoy, dibujando una hebra como un filamento continuo, fuerte y translucido.
Repasemos nuestras relaciones de ahora, si verdaderamente son relaciones que nos benefician, relaciones que aportan, que enriquecen, que son generosas. Éstas mantengámoslas y potenciémoslas. Si hay relaciones que lo que hacen es vivir de nuestra energía, nuestra fuerza vital, entonces será oportuno, si así lo sentimos, distanciarnos de estas relaciones. Permitiremos que nuestra hélice se reconstruya más fácilmente.
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Enfoquémonos ahora en una de estas conexiones que establecemos con nuestra madre física, ¿sentimos esta conexión fuerte, transparente, amorosa? Es una de las conexiones de esta existencia más importante, más importante a sanar, a potenciar. Nuestra madre es la mejor madre para esta experiencia de vida, aunque a veces nos cueste reconocerlo. Simplemente aporta el escenario más favorable para que podamos evolucionar y desarrollarnos hacia el verdadero Ser que somos.
Permitámonos también, tomar consciencia de pactos aceptados de esta y otras vidas, es momento ahora para poder disolver estos pactos, poder deshacer los nudos, pactos de pobreza, pactos de poder, pactos de autoridad… Sin necesidad de juzgar las partes, disolvemos hoy estos pactos, aquí y ahora, para poder ejercer nuestra libertad. La libertad de la que hemos sido dotados desde el nacimiento. Disolviendo pactos, disolviendo relaciones, enfoquemos nuestra hélice a conectar con nuestro Ser. Ampliemos la hélice transparente y fuerte para que esta conexión sea hoy mucha más próxima, mucho más potente. Sintámonos crecer en este cuerpo físico. Sintámonos expandir en nuestro cuerpo energético. Somos un todo completo con suficiente energía para concluir esta experiencia en óptimas condiciones.
Esta fuerza del Ser crea una línea continua en toda esta hélice cerrando cualquier cosa pendiente. No vivamos esta existencia ya más desde la falta de… Vivamos esta experiencia agradeciendo por todo lo que nos llega. Reforzando esta segunda hélice tenemos una visión más clara de quienes somos, de a dónde vamos. Sintamos esta segunda hélice fuerte, conectada a la energía vital que se potencia, que se expande por todo nuestro organismo. Fortaleciéndonos frente a cualquier experiencia, potenciando todos nuestros sistemas, especialmente nuestro sistema nervioso, nuestro cerebro, nuestra médula y todas y cada una de las conexiones, tan importantes hoy para que la información llegue a cada una de nuestras células. Deshaciendo conexiones externas innecesarias y no beneficiosas, potenciamos nuestra conexión interna tan necesaria y tan beneficiosa. Conexiones internas que se realizan gracias a la Luz.
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La Luz se abre paso dentro de nosotros hacia arriba y hacia abajo, hacia delante y detrás, hacia derecha e izquierda. Todas nuestras conexiones estan perfectamente activadas sintiéndonos dueños de nuestra vida, con capacidad para decidir, para accionar, para materializar. Permitamos que esta hélice renovada, regenerada, reconstruida, sutilizada se instaure de nuevo en nosotros proporcionándonos mayor bienestar. La siento en mi como ese calor que sube desde el vientre hasta mi corazón y desde el corazón hacia todas mis extremidades, también en mi cabeza.
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Respiro y me siento en paz. Respiro y me siento Amor. Respiro y me siento vida. Así soy, aquí y ahora.
con Amor y Luz-16-10-2020
Es importante en este tiempo activar y reconectar todas las hebras del ADN pues son filamentos energéticos y de Luz que nos conectan en todas las dimensiones. Hoy, nos enfocamos en esta primera hebra, la primera hélice de nuestro ADN. Una hebra realmente materializada, una hebra física con posibilidad de ser vista, analizada. Es una hebra que nace en el primer chacra y recorre toda nuestra columna hasta salir por el chacra corona. Visualizaremos esta hebra o hilo de Luz en todo este recorrido. Si es una hebra continua, si mantiene toda su luz, si esta deshilachada o también, si en algún punto, incorpora algún nudo. Cada uno que visualice su hebra particular y que respirando con atención haga el recorrido, simplemente observando su calidad.
Esta hebra nos conecta directamente con la Madre Tierra. Es desde la conexión con la Madre Tierra que alcanzamos más fácilmente la conexión con lo sutil. Estemos atentos a todos los detalles, a su amplitud, su textura, su forma. Simplemente observando, en ella está parte de nuestra historia, de nuestras experiencias aquí en el planeta Tierra. En su código hay multitud de memorias, de experiencias que nos han conducido hasta hoy, como lo que hoy somos. Más este, es un tiempo para reconstruir, reprogramar toda nuestra historia. Estamos en un punto de inflexión en donde la historia ya no se repite, por eso es tan importante que limpiemos, que completemos, que incorporemos y que activemos. Nuestros hábitos de hoy, están escritos en esta primera hélice, hábitos que en este momento se están transformando, porque nuestras necesidades cambian. Necesidades de alimento y de descanso.
Activando esta primera hélice, lograremos incorporar fácilmente estos nuevos hábitos. Una nueva relación con nuestro entorno. Una nueva conexión con nuestra Madre Tierra permitiéndole el cuidado, el sustento, la protección hacia cada uno de nosotros. Activemos esta primera hélice para incorporar nuevas emociones, emociones que hemos perdido a lo largo de la historia. Sintámonos más fraternos, esta fraternidad es necesaria para este tiempo. Ya no se trata de sobrevivir, sino de vivir.
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Estemos pues, bien presentes, aquí y ahora, enraizados y cada uno de forma singular según su sentir, que visualice esta hélice. Esta primera hebra completamente iluminada, si hace falta colorearla, si es necesario reconstruirla, si le falta algún fragmento, unirla, si tiene algún nudo, deshacer el nudo para que su movimiento sea bien armónico… Todo lo que sintamos podemos transformarlo desde la visualización intencionada, así devolvemos la hélice a su estado original. A su estado en el punto cero, donde todo es perfecto. Este punto cero que nos permite salir de la marcada dualidad. Ya no vivimos en el blanco o el negro. Podemos situarnos, si así lo sentimos, en el punto cero donde blanco y negro coexisten sin disolverse, donde son acogidos con gran Amor y así, toda la dualidad.
La historia ya no es lineal, incorporamos otro punto para salir de la linealidad y poder elevarnos a través de la hélice. Si he conseguido activar, iluminar, integrar esta hélice, esta onda, puedo también con la intención hacer una petición para que sane todo aquello de mi cuerpo físico, conectado con esta hélice, para que se equilibre y se armonice. Todo lo que hace referencia a mis piernas y a mis pies. Que la energía circule fácilmente, que todo fluya, que lo que se ha de liberar, se libere, que lo que se ha de incorporar, se incorpore. Ahora la corriente, la energía, la Luz fluye con facilidad en esta hélice. Recorre toda mi columna, también mi cerebro, mi sistema nervioso está activo conectado a la Tierra. Estoy, también conectado al cielo, me siento en mi lugar, aquí y ahora. Estoy presente, aquí y ahora. Me siento en un estado de Amor conmigo mismo, con la Tierra y con todos. Todo contribuye al bienestar, en esta nueva consciencia. Sé que es mía, la responsabilidad sobre mi bienestar, he descubierto lo que me beneficia, lo que me hace evolucionar, lo que me facilita Ser. Sé que en cualquier momento puedo hallarme en este punto cero, aunque no sepa cómo, simplemente eligiendo estar en él.
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Mi hélice se mueve en completa armonía con una purísima Luz, uniéndose a la de todos. Intencionadamente aportamos nuestro trabajo a la Humanidad, en beneficio de todos, para facilitar esta transición. Que cada vez más Seres se sientan hijos e hijas de la Tierra. Que cada vez sean más responsables de su propio cuidado. Que se abran a una nueva forma de vivir.
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Recuperamos nuestra hélice. La visualizamos de nuevo completa, limpia, integrada completamente y poco a poco va retornando a este punto del primer chacra, bajando desde la coronilla por nuestra cabeza, nuestra columna, hacia el primer chacra, y se mantiene en este punto una Luz permanente, una energía limpia, una vibración armónica, un equilibrio físico en todo mi cuerpo. Entre izquierda y derecha. Entre arriba y abajo. Entre delante y detrás.
…
Respiro en esta sensación y siento gratitud. Respiro esta sensación y siento paz. Respiro esta sensación y siento Amor por todos y por todo. Me mantengo en este estado, un tiempo más.
con Amor y Luz-19-09-2020