El seis

El seis

Si seguimos el trazo del número 6 en nuestra escritura y seguimos la dirección de este trazo veremos que la energía baja hacia abajo y se construye un círculo con ella. Esto significa que todo aquello que recibimos desde arriba, desde la energía sutil, a la que cada uno accede según su momento y estado, debe ser movido o debe circular aquí en la Tierra para compartirlo. Para que todos nos beneficiemos y para que nos ayude a tener una mayor comprensión y elevar nuestra consciencia, así todo tiene su importancia y su significado.

Otro símbolo que representa perfectamente el número 6 es la estrella de 6 puntas, indicando también que debe unirse en nosotros aquello que recibimos del Cielo y lo que recibimos de la Tierra para ser expandido y compartido. Si ambas dimensiones la interior y la exterior están en equilibrio y en armonía tenemos un 6 en la justa medida.

También tenemos representado el número 6 en esta imagen de la semilla de la flor de la vida, los 6 pétalos que salen de este centro común y los 6 que enlazan los demás pétalos.

La semilla contiene todo el potencial de la creación, la semilla esta permanentemente en conexión con el entorno para saber cuándo es el momento para germinar y desarrollarse. Así nosotros debemos, también, estar en conexión con todo el entorno para saber cuál es el momento propicio para cada cosa.

A medida en que vamos avanzando, que vamos compartiendo, que vamos accionando, vamos descubriendo nuestro potencial. Un potencial que aún esta dormido en muchos aspectos, pero poco a poco estando mucho más presentes y atentos, vamos a despertar.

La estrella de 6 puntas y también la flor de la vida nos marcan 6 direcciones donde debemos manifestar todo aquello que recibimos del mundo sutil,  porque todo tiene una dirección oportuna. Así, si miramos hacia abajo, conectaremos con nuestra Madre Tierra, si miramos hacia arriba conectamos con todo el Universo y situados en nuestro corazón ambas miradas se equilibran. La energía de la Tierra es una energía que nos penetra, que torsiona y pasa por nuestro interior más la energía del Universo es una energía que nos envuelve, ambas energías en el corazón se unen y de esa unión se crea un campo de energía circular que acoge a todo lo que tenemos a nuestro entorno. Este campo que se genera, es un campo de energía infinita con un movimiento ondulatorio que conecta con todos y con todo.

Si miramos hacia nuestra derecha podremos ser conscientes de todo lo que ocurre en este instante presente, es nuestra polaridad masculina, nuestra autoridad y poder. Si miramos hacia la izquierda podremos tomar consciencia de las experiencias que aún nos retienen en el pasado, las que crean resistencias para vivir el momento presente, también esta dirección marca nuestra energía femenina la energía que cuida y protege, una energía de ternura y de compasión. Ambas miradas se unen en el corazón y, en el corazón se equilibran y armonizan disolviendo el miedo a usar nuestro poder, a ejercer nuestra autoridad, pero al mismo tiempo siendo la energía más tierna y delicada, la más compasiva.

Si miramos hacia adelante seguramente veremos el horizonte, un horizonte compartido con todos y con todo, y del horizonte hacia nosotros un camino de Luz con muchos otros Seres que nos van acompañando, porque nunca nos dejan solos, en estos tiempos el camino se hace mucho más amplio, mucho más suave para que todos nos veamos capaces de transitar por él y llegar al horizonte compartido,  el horizonte desde el que nace la Luz, la Luz que da origen a todo lo creado.

Este horizonte nos llena de tranquilidad pero también de emoción, una emoción que hace que nuestro corazón se abra y se llene de esta Luz que brilla en este horizonte. Nuestra conexión con esta Luz es directa si miramos hacia atrás, habiendo conectado con esta Luz que todo lo origina, recuperaremos memorias de otras vidas nuestras, todas estas vidas tienen como vinculo nuestra Alma, Ella es la portadora de toda esta información. Una Alma amorosa que siempre esta dispuesta a compartir, a comunicar, a colaborar, Una Alma en que la dualidad, fácilmente se unifica porque su comprensión es grande y profunda de todo aquello que acontece a lo largo de las existencias.

Ambas miradas adelante y atrás, unidas en nuestro corazón nos alinean con la energía de este momento,  permitiéndonos la verticalidad necesaria para que la energía, para que la información, para que la sabiduría se manifieste aquí y ahora. Así, nuestro corazón crece emanando en todas estas direcciones, un corazón que a medida que la energía fluye se expande más y más para que entre todos se forme un solo corazón.

Respiremos todos al unísono con el latido de este corazón que a todos nos contiene, es un corazón cristalino, un corazón de Luz para iluminarnos en estos momentos de reflexión, en estos momentos de sentir, en estos momentos de conexión.

Al unísono cada uno recibe lo que más necesita, aquello más oportuno y en la justa medida. Recibimos Amor para compartir Amor, recibimos alegría para compartir alegría, confianza para compartir confianza, compasión para compartir compasión, silencio para compartir silencio, voluntad para compartir voluntad, escucha para compartir escucha…

Dejemos que este corazón conjunto que se ha construido emane a cada uno de nosotros como el trazo del número 6 que baja y crea el circulo aportando a cada uno aquello más oportuno y así nosotros podamos también seguir este movimiento estemos donde estemos, con quien estemos, facilitando este compartir.

Respiremos al unísono unos minutos más hasta que este corazón se disuelva.

con Amor y Luz-15-05-2024

 

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