Debido a todo el agitado movimiento que se da en Catalunya y en otros muchos lugares de la Tierra, nos decantamos por dos posiciones:
- o intentamos resolver nuestros asuntos, de forma rápida pero, a lo mejor no de la forma más adecuada, debido a un cosquilleo interno que nos impulsa a hacer constantemente,
- o bien adoptamos una posición apática y nos entregamos a la pereza, dejando que nuestros asuntos fluyan según la energía del momento, porque en nuestro interior no se dan estas cosquillas internas que nos impulsan a hacer sino, más bien, nos entregamos a la vagancia.
Entre ambas posiciones está la posición en la que cada uno mantiene su poder, su decisión, y actúa de la manera más correcta, no solo para sus intereses sino para los intereses de todos. Aunque en algunos momentos nos dejemos, es importante mantener nuestra posición y ejercer nuestro poder de decisión.
Son momentos de grandes cambios, profundos cambios, y esto, también, tiene su reflejo en nosotros mismos. Nosotros estamos cambiando profundamente. Es como si despertáramos de un largo sueño y nos diéramos cuenta de todo lo qué no hemos hecho, que nos hemos dejado llevar por las aparentes ventajas que conseguimos siguiendo la corriente.
Es momento para tomar conciencia y, a veces, la toma de conciencia nos empuja a la reacción. Es energía acumulada de hace mucho tiempo, incluso puede ser de distintas generaciones que, ahora, necesita ser expresada. Si somos conscientes de esta necesidad, para liberarnos de todo lo que hemos cargado a lo largo de nuestra vida, hagámoslo de forma consecuente, intentando encontrar la justa medida de cada acción, porqué sino la ley de Causa-Efecto volverá hacia nosotros.
Ocupémonos en primer lugar de nosotros mismos, descubriendo qué es lo que tenemos necesidad de expresar, qué es lo que debemos cambiar, para poder continuar en la nueva Tierra. En una Tierra donde el compartir, el colaborar, el cooperar son prioritarios. Necesitamos mucho menos de lo que en apariencia necesitamos. La vida en sí misma es mucho más simple, es mucho más fácil si conseguimos incorporar esta simplicidad y este facilitar en nuestra vida. Con nuestras necesidades esclarecidas entreguémonos a estos momentos, hagamos cuando sintamos la necesidad de hacer, expresemos cuando sintamos la necesidad de expresar, accionemos cuando sintamos la necesidad de accionar. Solo cuando el sentir nos empuje.
Y para descubrir el sentir, necesitamos meditar, necesitamos respirar, necesitamos no hacer. Encontremos espacio y tiempo para estos menesteres que ahora son prioritarios. Para encaminarnos hacia el verdadero Origen. Hacia donde nace la Luz. Esa Luz que es Amor en movimiento. Enfocados solo a este Origen, conseguiremos traspasar este movimiento agitado.
Estamos en este punto porqué hemos olvidado el compartir, nos hemos dedicado a acumular. La acumulación carga nuestras espaldas, enfría nuestro corazón y nubla nuestra mente. No permitamos que se nos arrebaten las cosas, sino que seamos nosotros que libremente decidimos dejarlas. Ese es un acto que nos empodera, que nos sana y nos libera. Decidir nosotros mismos todo aquello que queremos dejar, porque son tiempos para dejar. Dejar cosas materiales, dejar relaciones que no nos benefician, dejar patrones que nos impiden ser libres, dejar pensamientos que nos debilitan, dejar emociones que a menudo nos privan del disfrute y, así, ligeros en todos los aspectos, encaminarnos hacia el Origen.
con AMOR y LUZ- 24/10/2019
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