Despojados de todo lo que ya no sirve, de todo lo que nos frena, de todo lo que nos hace dudar estamos aquí reunidos para festejar el nacimiento de una nueva Luz. Hemos limpiado y alineado nuestros cuerpos, estamos presentes, aquí y ahora, unificados, sin dejar fragmentos esparcidos en el pasado o en el futuro y tampoco en el no tiempo.
Es el tiempo de la Luz. Somos hijos de la Luz. Estamos siendo acompañados en todo momento por esa nueva Luz que llega a nosotros. Es una Luz potente, una Luz transformadora, llena de Amor incondicional. Es una Luz que queda tamizada para llegar a cada uno de nosotros en las condiciones adecuadas, se adapta a las necesidades de cada uno y con esa nueva Luz debemos dedicarnos a experimentar la realidad.
Una Luz que nos penetra a través de los espacios vacíos de nuestra materia que son infinitos, una Luz que se muestra a través de nuestras manos, fuentes de esta energía de Amor incondicional que se depositan sobre todo lo creado para compartir este Amor. Vemos en nuestros ojos a través de esta Luz y esta Luz ilumina la verdadera realidad, la que se esconde detrás de los velos que hemos ido creando a través del tiempo.
Todos somos necesarios para que esta Luz sea una realidad en esta Tierra. Tierra que ya ha gestado y dado a luz esta nueva Luz en Ella. Ver esta nueva Luz en todo lo que nos rodea debe proporcionarnos optimismo y no preocupación, conectados de corazón a corazón con esta Tierra y con cada cosa que la habita, sabemos que nada malo va a ocurrir, que todo es fruto de un proceso para que la nueva Luz este cada vez más presente. Eso se facilita si esa Luz está cada vez más presente en nosotros, en cada uno de nosotros, por eso es importante cuidarnos a nosotros y todo lo que nos rodea, proporcionando con un simple gesto, con las manos o con la mirada este compartir esta energía amorosa, amorosa e incondicional. Este es el atributo de esta nueva Luz, de la nueva energía, de los nuevos tiempos, la incondicionalidad.
Hemos sido creados sin condición alguna, totalmente libres. Seamos capaces de confiar plenamente en que ha sido así y, es así, para vivir desde esta incondicionalidad y total libertad. Solo los Seres de vibración elevada pueden vivir incondicionalmente y con total libertad, porque toda acción, palabra, pensamiento o incluso un simple movimiento es para el bien de todos.
Estamos aquí, pues, para festejar esta nueva Luz y eso debe llenarnos de alegría, de confianza, de ilusión. Eso debe permitir ocuparnos del trabajo que cada uno debemos aportar a este nuevo ciclo. Este sentir de ahora de bienestar, tranquilidad, confianza, debemos mantenerlo en nuestro día a día. No es tarea fácil porque la Luz en el exterior está muy escondida. Pero la Luz atrae a la Luz si nos mantenemos, si somos Luz, la Luz se acercará, la Luz se expandirá, la Luz se potenciará.
Vivir desde la Luz es disfrutar de cada experiencia, es mantener en nosotros el movimiento armónico de la Luz que es el punto de encuentro de todo lo creado. La pasividad, el no movimiento, la desilusión no facilita la vida. La Luz es vida. Tomémonos algún tiempo para que esta Luz se asiente bien en nosotros, se enraicé en cada uno y una vez enraizada sea compartida. No hay prisa, tenemos todo el tiempo para que así sea, porque ese es el destino, ese es el fin. Sin Luz somos pequeños, dudamos por desconocer nuestro entorno, sentimos miedo. Desde la Luz crecemos, reconocemos nuestro entorno y nos movemos con total confianza.
La Luz que más nos alumbra es nuestra propia Luz porque no crea sombras en nosotros. Si escogemos solo ser iluminados por la luz exterior veremos siempre sombras. Que la Luz que hemos anclado entre todos, en este espacio y en este momento, conecte con muchas otras Luces y encuentros de la Tierra. Que esta Luz se expanda por toda la Tierra, llegue a todos los rincones y alumbre a todos los Seres de la creación. Que esta fiesta de la Luz sea un recordar el origen de estas fiestas. En estos encuentros, desde tiempos antiguos, se festeja este nacimiento de la Luz en muchos sitios de la Tierra.
Aprovechemos estos últimos momentos para desprendernos de todo lo que no necesitamos. De todo lo que nos dificulta ser, de todo lo que nos impide el movimiento y prepararnos para este nuevo nacimiento, para el movimiento ascendente de la energía, ascendente de la Luz, ascendente de la vida en la Tierra y de la vida bajo la Tierra, que aunque en apariencia esta dormida, en su interior la semilla ya despierta.
con AMOR y LUZ- 20/12/2019