Esta mayor visión no es para distraernos, al contrario para que nos enfoquemos en lo que es realmente importante.
Hoy vamos a abrir el párpado del ojo que todo lo ve. Para eso debemos estar en un estado de confianza plena, porque sin esta confianza difícilmente seremos capaces de ver lo que está presente en nosotros y en nuestro entorno. Cada uno tendrá su percepción singular de esta experiencia y esta percepción será la adecuada para ese Ser en este momento para facilitar su camino hacia la evolución. El Universo siempre da la información justa para ese momento y para ese Ser.
Desde nuestra cabeza iluminada nos situamos en este punto del entrecejo, punto donde nace la energía del sexto chacra, el chacra del tercer ojo, de la visión completa, del nuevo paradigma. Así pues concentramos nuestra atención en este punto y si nos es difícil, podemos acercar a él uno de nuestros dedos. Es un punto sensible a la Luz, a la nueva Luz que llega en estos tiempos a la Tierra. Aunque aparentemente la Luz del Sol puede parecer igual a cada instante, es distinta, cada nuevo día y cada momento de ese nuevo día. La Luz es también nuestro alimento y, más en este tiempo, de transformación porque precisamente el ADN está conectado directamente con la Luz.
Continuando con el protocolo de re-programación vamos a visualizar que desde este punto va apareciendo nuestra hélice de ADN número seis. Se puede presentar frente a nosotros como una espiral o una onda. Es importante visualizar cada tramo que aparece frente a nosotros, su textura, su color, su forma. Si toda la hélice tiene el tramo continuo o hay alguna parte de discontinuo. Si se bifurca en dos y vuelve a juntarse. Si esta deshilachada. Si hay algún tramo que no tiene Luz… Simplemente observamos esta hélice que se presenta frente a nosotros y desde el más profundo sentir, desde nuestro corazón original, vamos configurando esta hélice en un tramo perfecto, con una Luz continua, pura y cristalina, a lo largo de toda esta hélice. Deshaciendo nudos. Recuperando partes. Recomponiendo. Regenerando aquellas que sean necesarias regenerar. Vemos delante de nosotros esta hélice, en espiral u ondulando, que desprende toda una neblina de color azul índigo. Esa es la Luz que se relaciona con esta hélice, con este chacra. Un color que nos conecta con el agua, con el océano, con el aire, con el Universo. Dejémonos iluminar por esta Luz especialmente esta zona de la frente, de nuestros ojos, y esta Luz transforma nuestra mirada.
Empezamos a comprender que realmente este instante en el planeta Tierra es un instante oportuno para la gran transformación, y aunque no sepamos claramente donde nos conduce, si sabemos que es lo que nos priva de acércanos a este fin. Desde esta Luz, con está hélice regenerada, reprogramada, reescrita vamos a esclarecer mucho más nuestro camino, encontrando todas aquellas sincronicidades necesarias para avanzar de forma más fácil, hacia nuestro destino. Sincronicidades que van aparecer frente a nuestros ojos. Es por ello de vital importancia estar atentos a este sentido de la vista, porque vamos a sufrir transformaciones. Podremos pensar que nuestros ojos se desenfocan, se irritan, se secan, pero es una simple transformación para acercarnos, más y más, a esta plena visión. La visión de todo lo que está en nuestro entorno, de forma completa. La parte física evidente hasta ahora, pero también la parte sutil o energética, porque solo incorporando la parte sutil de la vida podemos avanzar hacia nuestro destino. Solo desde la completitud avanzaremos. La completitud incluye todo lo que conforma lo creado, es un todo inclusivo, y solo una visión perfecta y total, nos puede permitir la comprensión que se necesita para esta inclusión en la completitud.
Dejemos que esta Luz índigo, también ilumine todo nuestro rostro, potenciando todos los otros sentidos físicos, importantes también en este tiempo. Y todo nuestro cuerpo, especialmente nuestras glándulas las que segregan las sustancias facilitadoras para esta transformación física de nuestro cuerpo. Alimentémoslas en estos momentos con esta Luz, una Luz que les confiere, también a ellas, una plena visión de su función en este tiempo. Es gracias a la colaboración de todo, que todo se llevará a término. Cambiemos nuestra mirada frente a lo que aparentemente no tiene vida, pues todo, absolutamente todo, es vivo.
La mirada plena incluye el tiempo, indistintamente pasado, presente y futuro, solo la atención plena, la consciencia plena, nos situara en el momento presente. Esta mayor visión no es para distraernos, al contrario para que nos enfoquemos en lo que es realmente importante. Y lo importante es mantenernos en nuestra integridad, en nuestra completitud para seguir avanzando.
…
Permitamos que esta hélice perfecta, con todo su código original, infundido en el momento de la creación vuelva a penetrar en este tercer ojo, hasta la mitad de nuestra cabeza. A cada movimiento de la respiración, poco a poco, penetra en nosotros disolviéndose en el exterior, y desde este punto medio de nuestra cabeza desciende hacia nuestros centros energéticos. Enlazándose al quinto chacra, en el que cada vez que inspiro el universo me inspira y exhalando manifiesto esta inspiración. Hacia el cuarto chacra en el que con una hélice reprogramada abro más mi corazón a esta nueva etapa. A mi tercer chacra conectando con mi Yo infinito, mi Yo completo manifestado en este cuerpo. Hacia mi segundo chacra, el chacra que gestiona mis relaciones, mi relación con todo lo que me envuelve. Y hacia mi primer chacra que me conecta con la Madre Tierra. Y desde el centro de la Madre Tierra, solo desde una conexión profunda con la Madre Tierra, enraizada en su centro, en su corazón, puedo tener una nueva visión de todo cuanto acontece.
La Luz azul índigo ilumina cada uno de estos centros y también a la Madre Tierra y desde la Madre Tierra, a toda la Humanidad. Si así la sentimos, como madre, sentiremos la hermandad con cada uno de los Seres humanos que la habitan. Vemos más claro nuestro estrecho vínculo como hermanos. Hermanos nacidos en un mismo tiempo para un mismo fin, colaborando todos en beneficio de todos. Esa es la nueva mirada al nuevo paradigma que se abre a este tercer ojo y que se manifiesta para los otros dos.
…
Alegrémonos por este momento de hermandad y de fraternidad. Alegremos nuestro corazón desde este sentir y visionemos, ya ahora, este nuevo paradigma, esta hermandad en la Humanidad como hijos/hijas de la Madre Tierra. Solo desde este sentir de hermano/hermana de la Humanidad podremos acoger a otros hermanos y hermanas del Universo. Sintámonos pues, iguales aunque singulares, acojamos todas las culturas, razas, religiones, ideologías creando esta completud humana necesaria para la plena visión, una visión que se abre también hacia el Universo, si realmente sentimos esta fraternidad.
…
Mantengámonos unos momentos en silencio invitando a todos aquellos Seres de nuestro entorno para acogerlos como hermanos. Todos hijos/hijas de la Madre Tierra y festejemos este encuentro.
con Amor y Luz-19-02-2021